Vivimos en un mundo extremadamente competitivo e internacionalizado en el cual las empresas que poseen una predisposición al cambio y a la evolución son las que están destinadas al éxito. El factor clave resulta ser, como no podía ser de otra forma, la innovación.
De modo que una respuesta ágil a los cambios del entorno en los modelos de producción, organización y distribución es lo que permite a las compañías tener un futuro garantizado.
El mundo que conocemos hoy por hoy o las condiciones de vida no serían las mismas (ni parecidas) sin la innovación. Desde el inicio de los tiempos hemos visto como nuestros antepasados han ido innovando para mejorar su calidad de vida. Multitud de herramientas actuales provienen de la innovación, como el arte pictográfico que se remonta a hace 17.000 años y que ha dado lugar al nacimiento de la fotografía, el cine o a la realidad virtual.
Otras técnicas manuales han ido evolucionando hasta poder llegar a automatizarse al 100% como la agricultura. Un ejemplo menos reciente es la invención del automóvil, de hecho, hasta hace poco pensar en la existencia de coches autónomos nos parecía algo de ciencia ficción. Incluso nos cuesta imaginar encontrarnos con uno de ellos por la carretera.
Reinventarse o morir, la importancia de la innovación
Las empresas son conscientes de que pueden alcanzar una ventaja competitiva si innovan, es decir, si generan un hecho diferencial que les haga ganar clientes y cuota de mercado. Así el análisis de la cuantía de ventas es un indicador clave de que la organización, producto y estrategia están funcionando de manera óptima.
Cuando hablamos de “reinventarse o morir”, no hablamos únicamente de un cambio tecnológico o digitalización en una empresa (lo cual sigue siendo esencial), sino de la actualización y modernización en cinco ramas perfectamente diferenciadas:
1. Procesos. Implementación de nuevos procesos de distribución, logística y fabricación que permitan ahorrar costes y mejorar la calidad y eficiencia.
2. Organización. Propuesta de nuevos métodos y estructuras dentro de la empresa, ya sea reingeniería del negocio, organización del trabajo o evaluación de los recursos humanos.
3. Producto o servicio. Incorporación al mercado de novedades o mejoras en nuestros productos y servicios. Como aplicaciones móviles para empresas.
4. Mercado. Reconceptualización de la estrategia de marketing de la compañía, ya sea en el diseño corporativo o de un producto, como en los métodos principales de venta en entorno físico u online.
5. Modelo de negocio o gestión. Adoptar nuevas formas de captar clientes, ya sea por medio de una app o de un entorno web.
No obstante, la innovación puede conllevar algunos riesgos para la empresa, tales como el desconocimiento ante el grado de aceptación por parte de los consumidores o la inadaptación de los trabajadores en los nuevos sistemas tecnológicos por falta de conocimiento.
¿Qué sectores son más propensos a poner en marcha las últimas novedades del sector?
Según datos proporcionados por PwC en su informe “Global Innovation 1.000” de 2019, destaca el aumento del gasto en innovación de las mayores compañías del mundo, siendo un 14 % mayor en empresas europeas y hasta un 34,4 % en el mercado chino.
En base a estos resultados, un 76 % del gasto en desarrollo e innovación está concentrado en empresas del sector informático y electrónico, sanitario, automoción y de software, siendo Amazon, Alphabet y Volkswagen el top 3 de corporaciones que más invierten superando los 15.000 millones de dólares.